La carta con los máximos visos de verosimilitud fue la que llegó, en una caja de cartón, el 16 de octubre al empresario George Lusk, presidente del Comité de Vigilancia de Whitechapel, formado por ciudadanos que patrullaban las calles en ayuda de las fuerzas policiales. El paquete de cartón contenía, también, la mitad de un riñón humano conservado en destilados y según la carta adjunta, remitida «desde el infierno», el resto de la víscera se lo había comido frito el autor de la carta que, de manera llamativa, no la firmaba Jack The Ripper.

From hell
Mr Lusk
Sor
I send you half the
Kidne I took from one women
preserved it for you tother piece
I fried and ate, it was very nise. I
may send you the bloody knif that
took it out if you only wate a whil
longer.
signed
Catch me when
you Can
Mishter Lusk”
Los detractores de esta carta, argumentan que era la broma de algún estudiante de medicina porque alguna de las declaraciones hechas a la prensa por los médicos de la época que examinaron el medio riñón, indica que estaba demasiado «fresco» para ser de Eddowes. No obstante, existen múltiples circunstancias que me llevan a la convicción personal de que aquella era, efectivamente, la mitad del riñón de Eddowes y la carta era genuina.
El Dr. Openshaw, patólogo del Hospital de Londres que examinó el riñón en primer lugar junto con el Dr. Reed, a quien Mr. Aarons un ayudante de Mr. Lusk, había llevado la pieza para decidir si podía ser o no un asunto serio; le hizo a su colega unos comentarios desde su experto punto de vista. Una referencia de lo dicho por el Dr. Openshaw al Dr. Reed, tal y como lo declaró a la prensa Mr. Aarons para justificar haber llevado el paquete con la carta y el medio riñón a la policía, se publicó el día 19 de octubre de 1888 en el Times, el Daily Telegraph y el Star, indicando:
- Que el medio riñón era humano, izquierdo, había sido conservado en destilados durante un tiempo difícil de determinar, aunque podría ser de las tres semanas trascurridas desde el asesinato de Eddowes.
- Que era de una mujer, adulta y de mediana edad, que estaba enferma de una variante de la Enfermedad de Bright (nefritis o glomerulonefritis) llamada en inglés “Ginny Kidney” por relacionarse con el alcoholismo.
Aunque al día siguiente publicó el Star una entrevista con Openshaw en la que éste matizaba lo publicado el día anterior, indicando que sólo podría afirmar que se trataba de la mitad de un riñón izquierdo humano; hay que entender que el caso estaba ya en manos de la policía y que ésta no tenía el menor interés en darle publicidad al riñón y aún menos a su autenticidad. En ese sentido, el Inspector James McWilliam, de la Policía de la City de Londres, escribió en su informe al respecto del riñón, que había sido examinado por el Dr. Gordon Brown, cirujano de la Policía: “Se están realizando todos los esfuerzos posibles para rastrear al remitente, pero no es deseable que se dé publicidad a la opinión del doctor ni a las acciones que, en consecuencia, se están llevando a cabo”.
Debemos hacer notar aquí dos detalles; que el riñón le fue entregado al Dr. Gordon Brown de la Policía de la City y no al Dr. Bagster Phillips, de la Policía Metropolitana. El único asesinato del destripador cometido en la zona bajo jurisdicción de la Policía de la City era, precisamente, el de Eddowes, cuyo riñón izquierdo había sido extirpado. El mencionado Dr. Gordon Brown, en su autopsia de Eddowes, realizada antes de recibirse el paquete, ya indicó que el riñón derecho mostraba signos macroscópicos de enfermedad (congestión de la base de las pirámides renales). Dado que el informe de ésta autopsia no se había hecho público aún en la fecha en la que apareció en la prensa la posibilidad de que el medio riñón enviado estuviese enfermo, es evidente que ésta circunstancia no podría nunca ser una invención de Mr. Aarons, sino algo que realmente le hubiese dicho el Dr. Reed, atribuyéndolo al Dr. Openshaw.
Por último, el que fuese Comisario en funciones de la Policía de la City en la época de los asesinatos, Sir Henry Smith aporta algunos datos más en sus memorias:
La arteria renal mide tres pulgadas. Dos pulgadas permanecieron en el cadáver, una pulgada permaneció unida al riñón. El riñón del cadáver presentaba un estadío avanzado de la enfermedad de Bright; el riñón que me fue enviado se encontraba en un estadío exactamente igual. Pero lo más importante de todo, Mr. Sutton, uno de los cirujanos de mayor prestigio del Hospital de Londres…y que era una de las mayores autoridades vivas sobre el riñón y su patología, dijo que apostaría su reputación a que el riñón que les había sido enviado había sido introducido en alcohol a las pocas horas de su extracción del cadáver.
Este último aspecto es especialmente relevante porque descartaría, por una parte, que el riñón proviniese de una sala de disección, donde habría sido incluido en formalina y no en destilados, y por otra que hubiese sido un riñón tomado de un cadáver fallecido de muerte violenta, ya que en estos casos es preceptivo en los países de tradición jurídica anglosajona la realización de un proceso llamado “Inquest” en el que un representante de la Corona (llamado por ello “Coroner”) y el jurado deben establecer, en base a los testimonios y pruebas disponibles, si la muerte fue natural, accidental o criminal.
Ese proceso hubiese retrasado más tiempo la disponibilidad del cuerpo, salvo para el asesino o el médico que hiciese la autopsia.
Yours truly,
Leonardo Ende
(1) Jack El Destripador: Cartas Desde El Infierno. Stewart P. Evans, Keith Skinner. Jaguar Books (January 2003)